¿El periodismo podría considerarse un arte? Yo diría que sí, pero va a depender en que se convertirá la persona, si en un artista o en una máquina que escupe información.
Ser periodista implica disciplina, al igual que ser un actor. Requiere de preparación, de conocer al personaje que interpretará, de estudiarlo a detalle para construirlo desde cero para darle calor humano.
Es un proceso que implica tener la capacidad de desligarse de los prejuicios personales para darle forma al personaje.
También ocurre un proceso similar en el periodismo: así como el director le da el libreto al actor, el editor le asigna un tema al periodista.
Allí, toca plantearse todas las preguntas que puedan describir el suceso en cuestión. Todos pueden escribir noticias pero no todos saben contar historias.
La capacidad de contar historias y de conectar con el público, implica un arduo entrenamiento. Tanto los actores como los periodistas deben desarrollar esa cualidad.
Aunque exista la vocación, hay que educarla. Así como el actor que aprende a respirar con el diafragma, de caminar en las tablas sin que rechine la madera mientras se desplaza en el escenario interpretando a su personaje, el periodista debe enriquecer su vocabulario como cuidar de su redacción y estilo al momento de escribir.
Tanto el teatro y el periodismo son disciplinas de carácter humano. Ambos se conectan con sus espectadores, transmiten un mensaje reflexivo que puede servir para alimentar la curiosidad o para cuestionarlos
Como logran cambiarle la vida a muchos, eso no les es de sumo agrado a las personas que ansían el poder y el control.
Aunque resulte insólito, el teatro también ha sufrido de censura. Un ejemplo podría ser en el caso de las obras de William Shakespeare, que fueron sometidas a modificaciones por puritanos que veían como un horror hablar sobre la sexualidad y de la violencia.
El dramaturgo inglés a través de sus historias denunciaba lo que ocurría dentro de su sociedad. Al igual que cualquier periodista, que publica una noticia que señala un problema incómodo.
Ambas disciplinas describen al ser humano mediante la interpretación: lo pueden enaltecer como despedazarlo y dependerá de quiénes suman esos roles para contar esas historias.
